Lo que para todo estudiante es un acontecimiento de felicidad y dicha, su viaje de promo; para los alumnos del colegio Cristo Redentor de Chorrillos, se convirtió en un hecho trágico digno de querer ser olvidado de su memoria.
Un nuevo accidente enluta a dos familias humildes de la capital, dos adolecentes llamadas Joselyn; terminaron unidas a un fatal e inevitable destino, la muerte. Un destino que les llegó mucho tiempo antes, que pudieran cumplir sus sueños de ser profesionales o ver a sus hijos caminar e ir al colegio. Lo que para cualquiera resulta un hecho doloroso y trágico; para un periodista es además, un acontesimiento que le generará su sustento.
Víctor Mendoza, padre de Joselyn Mendoza (17).
César Leiva, padre de Joselyn del Pilar Leiva (16).
Tomar la mejor foto de dolor de los rostros de los padres; pedir declaraciones (explicaciones) a quienes no tienen más fuerza, que para seguir llorando a una hija de 17 años muerta; irrumpir en los velorios y entierros buscando tenerlo bien informado. Es parte del vil quehacer, de la más noble de las profesiones, el periodismo.
fotos y video: arturo núñez
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