domingo, 12 de abril de 2009

ANEMIA DEPORTIVA


Mientras el Perú, a decir de muchos economistas y analistas internacionales, “vive un crecimiento económico galopante”, su deporte agoniza y su situación no refleja dicha bonanza. Pero, ¿puede el deporte reflejar la prosperidad económica de un país? La experiencia nos ha demostrado que sí. En el último encuentro olímpico pudimos ver cómo su anfitrión, el cual se perfila como la siguiente primera potencia mundial, La República China, arrasó con las preseas doradas.
Sin embargo, para nuestro país el 2009 iniciaría con el recorte presupuestal al Instituto Peruano del Deporte (IPD), lo que terminaría por condenar en el olvido toda esperanza de lograr avances en sus diversas disciplinas deportivas. El titular del IPD, Arturo Woodman, cree que la postulación de Lima como sede de los Juegos Panamericanos 2015, es el impulso necesario para sacar a nuestro deporte de la profunda crisis que atraviesa.
TIEMPOS DE ESCÁNDALO
En el 2008 un ex empleado del IPD, David Campos Ramos, denunció los malos manejos de los fondos públicos entregados a la Federación Peruana de Ajedrez; y los exorbitantes sueldos que cobran los dirigentes con el dinero destinado a los deportistas. Pero la gota que colmó el vaso y causo indignación general, fue el escándalo protagonizado por la Selección Nacional de Fútbol en el hotel dónde se concentraban para un importante partido, el Golf Los Inkas. Todo este “relajó”, en el ámbito futbolístico, es el reflejo de la grave crisis en la que lo ha sumido su principal titular Manuel Burga; y que “mató” la esperanza de los peruanos de ver jugar a nuestra Selección en Sud África 2010.

SIN BARREARAS PARA LA GLORIA
Finalmente y sin desmerecer a otros destacados deportistas; Kina Malpartida, más conocida como “Dinamita”, se convirtió en la primera peruana ganadora del Campeonato Mundial de peso superpluma de la Asociación Mundial de Boxeo. Ella nos demostró que ante la adversidad; la perseverancia y la entrega, son las únicas claves para ir en búsqueda de nuestros sueños y conseguirlos. Pero este es sólo un esfuerzo individual, que poco puede hacer para cambiar una política deportiva que destruye las ilusiones de cientos de potenciales campeones.